Jóvenes y participación ciudadana en la era digital

Adolescentes y jóvenes protestando con la bandera de One Piece

Durante años hemos escuchado que la participación ciudadana de adolescentes y jóvenes o la Generación Z es baja.

Las encuestas reportan que los jóvenes tienen “poco interés en los asuntos públicos”, no salen a votar y no quieren saber nada de política. Sin embargo, últimamente esta interpretación parece no ver la historia completa: los jóvenes sí participan, solo que lo hacen desde otros lugares, con otros lenguajes y otras lógicas. Y esos lugares hoy son digitales.

Plataformas como Discord, Instagram, TikTok, YouTube, Twitch o Reddit se han convertido en espacios donde los jóvenes se informan, opinan, se organizan, se movilizan y tejen comunidad, muchas veces fuera del radar de los adultos. Desde ahí siguen debates, expresan indignación ante injusticias, difunden información, combaten la desinformación, se acompañan emocionalmente y, sobre todo, se activan políticamente.

Lejos de ser solo entretenimiento, estas plataformas operan, para los jóvenes, como plazas públicas contemporáneas. Espacios donde se forman opiniones, se construye identidad política y emergen nuevas formas de acción colectiva.

El caso más reciente

En México hemos visto un ejemplo contundente. Para las movilizaciones del 15 de noviembre, miles de jóvenes de la Generación Z (y más grandes) se organizaron usando servidores de Discord, grupos en Instagram y cadenas en TikTok. Ahí compartieron información, resolvieron dudas, gestionaron logística, se cuidaron entre ellos y construyeron un sentido de propósito colectivo.

A pesar de los mensajes e ideas que los descalificaron y cuestionaron su capacidad o intención, los jóvenes demostraron algo claro: sí participan, sí se informan y sí les importa lo que pasa en el país… solo que lo hacen desde espacios y códigos distintos.

Este fenómeno no es exclusivo de México. En todo el mundo, investigaciones, columnas y reportajes muestran cómo adolescentes y jóvenes están usando plataformas digitales para organizarse por causas sociales, desde justicia climática hasta derechos humanos. Un reportaje reciente del New York Times describe cómo comunidades jóvenes que se reúnen originalmente por intereses como el anime terminan convirtiendo esos espacios en lugares de activismo, organización y solidaridad política.

El otro lado de la participación digital

Sin embargo, estos mismos espacios que abren posibilidades para la expresión y la organización también presentan riesgos importantes. La velocidad con la que circula la información en TikTok, Instagram o Discord facilita que noticias sin verificar, rumores o interpretaciones erróneas se vuelvan virales en cuestión de minutos.

Para muchos adolescentes y jóvenes, estos contenidos pueden parecer confiables simplemente porque vienen de personas que sienten cercanas como creadores de contenido, amigos o líderes de comunidades digitales, aunque no siempre estén fundamentados. Además, los algoritmos pueden amplificar sesgos, polarizar debates o reforzar narrativas simplificadas que no ayudan a comprender la complejidad de los problemas sociales.

En este contexto, la participación ciudadana digital requiere no solo entusiasmo y organización, sino también criterio, pensamiento crítico y herramientas para identificar información confiable. Estas habilidades deberían desarrollarse desde la educación, para que adolescentes y jóvenes sean capaces de navegar el mundo digital de manera consciente, responsable y segura. Esto es justamente lo que buscamos desde CiBi Digital: acompañar a escuelas y familias en fomentar estas habilidades y ofrecer herramientas que fortalezcan el bienestar y la ciudadanía digital. De todas formas, se requieren políticas y plataformas que protejan a las juventudes de la manipulación, la presión social o de las campañas coordinadas de desinformación.

La brecha generacional: dos realidades que no se alcanzan a mirar

Este cambio ha generado una brecha generacional profunda.

Mientras muchos adultos continúan entendiendo la participación ciudadana como asistencia a eventos, debates públicos formales, consumo de noticieros, participación electoral, los jóvenes operan bajo otra lógica:

• se informan en formatos breves, visuales y conversacionales

• confían más en creadores de contenido que en instituciones

• discuten y deliberan en chats privados o comunidades cerradas

• se organizan en red, sin liderazgos visibles

• buscan espontaneidad, autenticidad y lenguaje directo.

  
  

Las generaciones no solo usan plataformas diferentes: viven la ciudadanía de maneras distintas.

Muchos adultos interpretan las prácticas digitales como desinterés o superficialidad, cuando en realidad esconden dinámicas complejas de acción colectiva.

En fin…

Afortunadamente, la participación de los jóvenes no está desapareciendo. Está transformándose, adaptándose y, en muchos casos, despertando con una fuerza que no habíamos visto en años. Esta realidad nos llena de esperanza, sobre todo si logramos que las siguientes generaciones se conviertan en agentes activos, críticos y profundamente comprometidos con lo público.

Para comprender el presente y, sobre todo, para construir el futuro, necesitamos mirar con atención e interés dónde ya están participando las y los jóvenes todos los días: en el mundo digital.

Ahí se informan, ahí dialogan, ahí se organizan y ahí toman postura.

Nuestro reto como familias, escuelas e instituciones es acercarnos a ellos con curiosidad y apertura, no con juicio. Necesitamos comprender sus códigos, sus espacios y sus motivaciones. Y, al mismo tiempo, invitarlos a analizar con pensamiento crítico la abundancia de información, evitando caer en la desinformación o la manipulación y animándolos a levantar la voz cuando así sea necesario.

Acompañarlos en este proceso, sin desmotivarlos, sin invalidar sus formas de participación y sin minimizar su visión del mundo, es fundamental para que puedan asumir, con confianza y convicción, el lugar que les corresponde: construir el presente y el futuro de nuestro país y de nuestro mundo con compromiso y la esperanza de un futuro mejor para todos y todas.

Si quieres saber más sobre CiBi Digital y como llevarlo a tu escuela, contáctanos.